martes, 24 de septiembre de 2013

viernes, 16 de agosto de 2013

Estrategias para amargarse la vida.

Cada vez surgen mas estudios demostrando los cambios que se suceden en el cerebro cuando aprendemos a tranquilizarnos tanto en acciones como en pensamientos, las áreas ligadas a la empatía, la memoria y la reducción del estrés se refuerzan, así como una actitud flexible y ecuánime. No obstante manejamos costumbres nada sanas, a continuación hare un listado de conductas deformadoras de nuestra salud mental, a objeto de que usted pueda revisar y así corregir a su criterio.

    Muchas paradojas nos atrapan en nuestros sistemas de vida:

·       Aférrate al pasado de tal forma que no puedas vivir el presente.  Vivir anclado en el pasado tiene la fuerza de quedar atrapado en situaciones no resueltas, muy probablemente rumiando situaciones emocionales no satisfactorias.
·       Convéncete de ser y sentirte como víctima de las circunstancias.  La determinación para sufrir sucede  de  actitudes no conscientes, lo que sucede es que se va estableciendo en el tiempo como forma inadecuada de conseguir afectos  incluso como forma de manejarse ante los conflictos.
·       Se rígido ante situaciones de la vida, así las situaciones cambien opta por no variar ni tus criterios, ni tus elecciones. La rigidez supone incapacidad de corregir posturas.
·       Nunca arriesgues vive con ansiedad cualquier situación, duda de ti, de tus posibilidades, de tus capacidades, asegúrate de pensar repetidas veces al día, a la semana, al mes como perdedor.
·       Has un pronóstico y déjate profetizar por el hecho que temes y así podrás llegar a donde temes, convéncete de que las circunstancias son adversas para ti vallas donde vallas y con quien sea que te acompañes.
·       En las relaciones interpersonales, presupone el mal del otro se desconfiado, suspicaz trata con imprecisiones, no seas claro, se “vivo” aprovéchate del otro.
·       Trata a los seres que amas con tintes de violencia, de mal trato eso te dará la reputación de ser “superior” tu ego se hinchara. Se ambiguo en la expresión de los afectos que quede claro que el compromiso lo hace el otro.
·       No pierdas la oportunidad, has reproches por cualquier cosa arma líos, descalifica, hiere emocionalmente.
·       Convéncete solo hay una opinión correcta la tuya, nada que negociar, ni siquiera escuchar a la contra parte, solo tú tienes la verdad. Certifica que así es la vida, solo hay una verdad y es la tuya.
·       Convéncete viniste a ganar o perder no a ser amado o amar, la idea es vencer y ser vencido a eso has venido a luchar. Eso te dará poder, para que pensar en afectos.

Estos son algunos de los hábitos que garantizan la infelicidad, y son parte de cómo nos relacionamos insanamente tanto en hogares, escuelas, sitios de trabajo,  queda de cada quien revisar su estilo de vida y sus hábitos de como  relacionarse con su entorno.  Son modos aprendidos y mandatos psicológicos que determina formas de relacionarnos que garantizan la infelicidad.

martes, 6 de enero de 2009

¿Qué es eso de la Gestalt?

¿Qué es eso de la Gestalt?

Es una palabra alemana, en principio. Es una rama de la Psicología Humanista, en segundo lugar. Es una forma de terapia creada por Fritz Perls entre los años 50 y 60 del siglo XX. Es una forma de vida, al menos para mí.

¿Qué significa esto de vivir gestálticamente o eso de ser gestáltico? Muchos autores contemporáneos se han dado a la tarea de describir lo que esto significa. Me tomaré el atrevimiento de hacer mi propia versión de la Gestalt para contarla a quien lea estas líneas.

Gestalt es vivir en el ahora. En el presente. Sin cargar con el pasado que me pesa, me atormenta o me hizo feliz, simplemente porque ya pasó y no puedo cambiarlo. Y sin adelantarme al futuro que me angustia, me maravilla o me da miedo, porque aún no ha llegado este tiempo y no sé qué va a suceder. Así que cuando vivo gestálticamente, vivo en el presente, afino mis sentidos, los amplifico y estoy en el mundo con todo mi ser.

Gestalt es hablar en primera persona. Es dejar de responsabilizar al otro por lo que me sucede a mí. Es cambiar la frase “Tú me haces sentir triste” por “Yo me siento triste”, porque la tristeza y en general, todos los sentimientos que experimento son míos, no son del otro, no le pertenecen a nadie más. Mi vida es mía y yo soy responsable de ella, de generar cambios en lo que quiero modificar y de aceptar lo que no puedo cambiar.

Gestalt es dejar de ver en el otro lo que es mío o más bien, es apropiarme de lo que me pertenece. Es saber que me reflejo en el otro y que eso que veo en el que tengo en frente, es una de mis partes, sea una cualidad negativa o positiva. Y que cuando me apropio de estas características, me completo.

Gestalt es autoapoyarme, es saber que cuento conmigo y que no necesito al otro para ser feliz. Lo que no significa que soy autosuficiente. Mientras mejor pueda apoyarme sobre mis pies e manipule menos al ambiente y a las personas que se encuentran en el mundo, de mejor calidad serán mis relaciones y mi contacto con el otro. Apoyada en mí, podré generar contactos genuinos con el afuera, porque sé lo que puedo hacer, lo que valgo, sé que tengo limitaciones y me relaciono desde mi ser más auténtico.

Gestalt es saber que soy más que mente y cuerpo, soy un ser humano completo. Es reconocerme en cada uno de mis sentidos, de mis órganos. Saber que no es que tengo un corazón, sino que también soy ese corazón que late en mi pecho. Es saber que en mi cuerpo físico se aloja gran cantidad de información y que mi cuerpo, que también soy yo, me habla a cada instante.

Gestalt es evitar la palabra “pero” de mi vocabulario. Para Fritz Perls, la palabra pero entre dos oraciones, niega a la primera frase. Y la Gestalt es también integración, es decir, el complemento de las partes, por más opuestas que éstas sean. Haz una prueba y cambia el “pero” por un “y”, probablemente suene muy diferente. “Me gustó ir a la fiesta, pero yo quería irme temprano a mi casa”. Con la sustitución de palabras sería: “Me gustó ir a la fiesta y quería irme temprano a mi casa”. En la segunda opción ninguna oración niega a la otra, ambas existen y son verdaderas.

Gestalt es ser congruente conmigo. Es estar en contacto con mis sentimientos y actuar en línea con ellos. Si estoy triste, manifiesto mi tristeza; si siento rabia, la asumo y no la evado. Es saber que no hay aspectos buenos o malos y tanto aquello que acepto de mí, como esos aspectos que rechazo, son míos, me pertenecen y tienen algo aportar en mi vida.

Gestalt es cortar con las respuestas y actitudes cristalizadas. Romper con respuestas habituales que suelen generar las mismas situaciones. Es dejarme de colocar rótulos ante el “Yo soy esto o aquello”, al saber que puedo ser “esto” y también “aquello”; y que la selección la haré según el momento que vivo, la circunstancia y la sensación y sentimiento del instante. Es plantearme cómo puedo hacerlo diferente esta vez y arriesgarme a hacerlo.

Gestalt es saberme una persona en crecimiento, saberme un ser inacabado y no por ello incompleto. Gestalt es aprender algo de mí todos los días y a la vez aprender del otro, sin olvidarme de mí.

Gestalt es todo lo anterior y un poco más.